Toxina Botulínica

Toxina Botulínica

La toxina botulínica es una proteína purificada utilizada en cirugía plástica para reducir temporalmente la actividad muscular que provoca las arrugas y líneas de expresión en el rostro. La toxina botulínica también se puede utilizar para otros fines, como tratar las migrañas crónicas, el bruxismo, la hiperhidrosis o la sudoración excesiva en axilas o palmas.

La toxina botulínica se inyecta con una jeringa fina y una aguja en los músculos específicos que causan arrugas o problemas médicos. El procedimiento es rápido, suele durar entre 10 y 30 minutos y no requiere anestesia.

Los efectos de la toxina botulínica comienzan a ser visibles entre 3 y 5 días después de la inyección, alcanzando su máximo efecto en aproximadamente 2 semanas. Los resultados suelen durar entre 3 y 6 meses.

Los resultados incluyen una piel más suave y una apariencia rejuvenecida, con una reducción significativa de arrugas y líneas de expresión. La toxina botulínica es un tratamiento seguro y eficaz cuando la administra un cirujano plástico certificado.